lunes, 17 de noviembre de 2014

La verdadera breve historia.


Asustada por una nube de mariposas, Adela se tropezó con el desayuno que tan cariñosamente le había preparado su padre. No pudo distinguir más que una de las voladoras coloreadas, el resto se hallaban tan despavoridas como en el aire. La elegida al extraño azar era azul al igual que los ojos de Adela, asimismo tenía un círculo negro en cada ala y en su centro alguna luz clara. Los ojos y la mariposa se hermanaron. La niña tomó el zumo de naranja aterciopelado posado sobre una flor, las galletas aletearon.


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